¡Hola, Anna! Me ha gustado mucho tu interpretación de “everything everywhere all at once”.
La conclusión de la película me recordó a aquello que decía Sylvia Plath de que por qué no podría probarse una distintas vidas como si fuesen vestidos para ver cuál le quedaba mejor.
Al final, bien de todo no nos queda ninguno, pero la idea es poder elegir el que más nos convenga. Si podemos (?)
¡hola! me ha gustado mucho el artículo, porque muchas veces cuando siento rechazada o imposibilitada la construcción del ideal romántico de familia en mis relaciones, me siento muy heride, como si se me estuviera rechazando a mi, o rechazando la posibilidad de "el más alto de los compromisos, la mas grande de las rendiciones al amor", aunque quizá yo realmente NO quiero ese ideal de familia... me cuesta darme cuenta y separarme de ello, pero me pasa. me ha encantado que lo reflejes, y que lo escribas tan bien. una suerte leerte <3
Para Jónasdóttir el patriarcado hoy se sostiene fundamentalmente por las relaciones sexuales libres (que implican amor, sexo y cuidados) que se establecen entre hombres y mujeres corrientes en las cuales éstas son explotadas por aquéllos en una sociedad donde las mujeres necesitan amar y ser amadas para habilitarse como personas —y como mujeres— mientras que ellos ya están habilitados como personas y no están forzados a conceder su capacidad de amor al otro sexo sino en las condiciones que quieran.
La práctica del "amor" que es como Jónasdóttir llama al conjunto de estas relaciones cotidianas que se establecen entre los sexos —y que, a su juicio, han sido pasadas por alto por las feministas socialistas angloamericanas — no puede rubricarse como "trabajo" ni puede deducirse de los sistemas económico sociales. Fiel a los planteamientos del primer feminismo radical, como está expresado, por ejemplo, en Firestone (1971) piensa que las prácticas del amor están organizadas en un sistema social específico, la sexualidad que es un campo de poder independiente de las determinaciones socio-económicas.
Jónasdóttir cree firmemente que la organización de la sexualidad en nuestras sociedades, en la que los hombres ejercen la autoridad que les da el "poder del amor"(explotando la necesidad que la mujer tiene de amar y ser amada) es el vector de opresión más importante, en las mujeres de hoy, desplazando el trabajo y las determinaciones económicas de su protagonismo inicial.
Celia Amorós. "Feminismo y filosofía" (Editorial Síntesis, 2000)
¡Hola, Anna! Me ha gustado mucho tu interpretación de “everything everywhere all at once”.
La conclusión de la película me recordó a aquello que decía Sylvia Plath de que por qué no podría probarse una distintas vidas como si fuesen vestidos para ver cuál le quedaba mejor.
Al final, bien de todo no nos queda ninguno, pero la idea es poder elegir el que más nos convenga. Si podemos (?)
Gracias por compartirlo 🌞
¡hola! me ha gustado mucho el artículo, porque muchas veces cuando siento rechazada o imposibilitada la construcción del ideal romántico de familia en mis relaciones, me siento muy heride, como si se me estuviera rechazando a mi, o rechazando la posibilidad de "el más alto de los compromisos, la mas grande de las rendiciones al amor", aunque quizá yo realmente NO quiero ese ideal de familia... me cuesta darme cuenta y separarme de ello, pero me pasa. me ha encantado que lo reflejes, y que lo escribas tan bien. una suerte leerte <3
Para Jónasdóttir el patriarcado hoy se sostiene fundamentalmente por las relaciones sexuales libres (que implican amor, sexo y cuidados) que se establecen entre hombres y mujeres corrientes en las cuales éstas son explotadas por aquéllos en una sociedad donde las mujeres necesitan amar y ser amadas para habilitarse como personas —y como mujeres— mientras que ellos ya están habilitados como personas y no están forzados a conceder su capacidad de amor al otro sexo sino en las condiciones que quieran.
La práctica del "amor" que es como Jónasdóttir llama al conjunto de estas relaciones cotidianas que se establecen entre los sexos —y que, a su juicio, han sido pasadas por alto por las feministas socialistas angloamericanas — no puede rubricarse como "trabajo" ni puede deducirse de los sistemas económico sociales. Fiel a los planteamientos del primer feminismo radical, como está expresado, por ejemplo, en Firestone (1971) piensa que las prácticas del amor están organizadas en un sistema social específico, la sexualidad que es un campo de poder independiente de las determinaciones socio-económicas.
Jónasdóttir cree firmemente que la organización de la sexualidad en nuestras sociedades, en la que los hombres ejercen la autoridad que les da el "poder del amor"(explotando la necesidad que la mujer tiene de amar y ser amada) es el vector de opresión más importante, en las mujeres de hoy, desplazando el trabajo y las determinaciones económicas de su protagonismo inicial.
Celia Amorós. "Feminismo y filosofía" (Editorial Síntesis, 2000)
Qué maravilla